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1 Real, periodo de Enrique IV |
LAS MONEDAS DE ENRIQUE IV (1454 – 1474), UNA HERENCIA MONETARIA PARA LOS REYES CATÓLICOS
En el reinado de Enrique IV, el monarca y sus consejeros quisieron ir un poco más lejos, pues deseaban conseguir que en el reino circulara sólo la moneda vellón con un valor amparado por su autoridad política y reservar el oro y la plata para un comercio exterior, que debía estar limitado en beneficio del interior. No lo pudieron conseguir.
De nuevo la autoridad y poder del monarca tuvieron que ver con el fracaso del proyecto. El caos mercantil generado fue enorme, y los valores de la moneda de oro y plata no se pudieron mantener.
La decepción que supuso este fracaso estuvo presente en el estallido de la nueva guerra civil de 1465.
Ante esta misma guerra y los apuros financieros del monarca, la multiplicación de cecas y las falsificaciones fuera de ellas estuvieron a la orden del día. Con ellas, el monarca se aseguraba la masa de moneda precisa para sus pagos.
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Maravedí del periodo de Enrique IV |
A esta tarea y a una ardua estabilización se dedicaron las reformas de 1471 y 1473, en las que se alude no a la escasez de moneda vellón, sino a su falta de calidad. Las medidas legales más drásticas se tomaron en diciembre de 1470 y enero de 1471, con el fin de reducir el valor de curso de la moneda en los años del anterior caos monetario.
Los enriques nuevos, moneda de oro de 23 quilates, se valoraron en 310 maravedís y los cuartos de real -gran novedad de 1468, labrados con menor ley que los viejos, lo que había supuesto una nueva depreciación- se valoraron en dos maravedís, frente a los 340 y 7,5 maravedís que era el valor legal hasta entonces.
Poco después, en abril 1471, tras las Cortes o ayuntamiento de Segovia, se volvía a fijar en seis el número de cecas oficiales -se habían multiplicado en los años anteriores- y el monarca parecía recuperar sus derechos en ellas. No obstante, se atribuía a los concejos de las ciudades con casa de moneda la vigilancia del proceso de acuñación, con el nombramiento de dos veedores cada dos meses.
También se ordenaba una nueva labra de monedas: enriques de oro fino (23,75 quilates) así como divisores y múltiplos; reales y medios reales de buena plata (67 reales en marco) y blancas, también de plata aunque menos que en 1469 (10 granos y 205 piezas en marco). De momento, los cuartos seguirían circulando con el valor atribuido de dos maravedís, pero a finales de junio tuvo que modificarse. Los «buenos» seguirían circulando a dos maravedís, y los de peor calidad se rebajaron a 1,5.
También se reiteraba la orden de retirar de circulación los falsos. A pesar del ordenamiento, la tendencia a falsificar y a rebajar la ley de la moneda vellón no se detuvo de inmediato, y ello repercutió en la ley de las blancas. El problema se afrontó en las Cortes de Segovia durante los primeros meses de 1473, donde se fijó un nuevo curso a la blanca, un tercio de maravedí, y también se alteraron ligeramente a la baja los valores de las piezas de oro y plata.
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Cuartillo - periodo de Enrique IV |
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